Un precinto de seguridad es un dispositivo físico y numerado que se coloca sobre algún mecanismo de cierre de tal forma que, para acceder a los valores o mercancías contenidas, se deba provocar la destrucción completa del precinto, lo cual debería suceder solo en dos circunstancias: que lo rompa una persona autorizada o que evidencie en que parte del proceso de manipuleo o transporte logístico se violó la seguridad de la carga.
Precisamente, la utilización de precintos de seguridad viene acompañada de la elaboración de un documento que incluya la fecha, la hora, el número del precinto y la firma del operador de la mercadería, de tal forma que el manipuleo o transporte se haga bajo estrictas normas de control.
Un precinto de seguridad no es un elemento que elimine la posibilidad de ser violentado, ya que siempre debe haber forma de destruirlo y acceder al contenido por parte de las personas autorizadas, sino lo que garantiza es un manipuleo de valores y mercancías controlado, donde en cada etapa del mismo, se pase de mano entre los funcionarios, sabiendo que el contenido es el mismo que se entregó al momento de ser precintado.
Al margen de la definición de precinto de seguridad, los hay muy fuertes y seguros, cuya destrucción requeriría de herramientas muy especializadas o hasta de sopletes de oxicorte y, son los que se denominan especiales.
Los usos más comunes de los precintos de seguridad son por ejemplo, en las puertas de los contenedores aduaneros, en teléfonos públicos, en medidores de energía eléctrica, en bolsas de transporte de dinero, etc.